Recuerdos De Mi Madre
Se oprime el corazón al recordarte,
Madre, mi único bien, mi dulce encanto;
Se oprime el corazón y se me parte,
Y me abrasa los párpados el llanto.
Lejos de ti y en la orfandad, proscrito,
Verte nomás en mi delirio anhelo;
Como anhela el presito
Ver los fulgores del perdido cielo.
¡Cuánto tiempo, mi madre, ha transcurrido
Desde ese día en que la negra suerte
Nos separó cruel!... ¡Tanto he sufrido
Desde entonces, oh Dios, tanto he perdido,
Que siento helar mi corazón de muerte!
¿No lloras tú también ¡oh madre mía!
Al recordarme, al recordar el día
En que te dije adiós, cuando en tus brazos
Sollozaba infeliz al separarme,
Y con el seno herido hecho pedazos,
Aun balbucí tu nombre al alejarme?
Debiste llorar mucho. Yo era niño
Y comencé a sufrir, porque al perderte
Perdí la dicha del primer cariño.
Después, cuando en la noche solitaria
Te busqué para orar, sólo vi el cielo,
Al murmurar mi tímida plegaria,
Mi profundo y callado desconsuelo.
Era una noche obscura y silenciosa,
Sólo cantaba el búho en la montaña;
Sólo gemía el viento en la espadaña
De la llanura triste y cenagosa.
Debajo de una encina corpulenta
Inmóvil entonces me postré de hinojos,
Y mi frente incliné calenturienta.
¡Oh! ¡cuánto pensé en ti llenos los ojos
de lágrimas amargas! ... la existencia.
Fue ya un martirio, y erial de abrojos
El sendero del mundo con tu ausencia.
Mi niñez pasó pronto, y se llevaba
Mis dulces ilusiones una a una;
No pudieron vivir, no me inspiraba
El dulce amor que protegió mi cuna.
Vino después la juventud insana,
Pero me halló doliente caminando
Lánguido en pos de la vejez temprana,
Y las marchitas flores deshojando
Nacidas al albor de mi mañana.
Nada gocé; mi fe ya está perdida;
El mundo es para mí triste desierto;
Se extingue ya la lumbre de mi vida,
Y el corazón, antes feliz, ha muerto.
Me agito en la orfandad, busco un abrigo
Donde encontrar la dicha, la ternura
De los primeros días; ni un amigo
Quiere partir mi negra desventura.
Todo miro al través del desconsuelo;
Y ni me alivia en mi dolor profundo
El loco goce que me ofrece el mundo,
Ni la esperanza que sonríe en el cielo.
Abordo ya la tumba, madre mía,
Me mata ya el dolor... voy a perderte,
Y el pobre ser que acariciaste un día
¡Presa será temprano de la muerte!
Cuando te dije adiós, era yo niño:
Diez años hace ya; mi triste alma
Aún siente revivir su antigua calma
Al recordar tu celestial cariño.
Era yo bueno entonces, y mi frente
Muy tersa aún tu ósculo encontraba...
Hace años, de dolor la reja ardiente
Allí dos surcos sin piedad trazaba.
Envejecí en la juventud, señora;
Que la vejez enferma se adelanta,
Cuando temprano en el dolor se llora,
Cuando temprano el mundo desencanta,
Y el iris de la fe se descolora.
Cuando contemplo en el confín del cielo,
En la mano apoyando la mejilla,
Mis montañas azules, esa sierra
Que apenas a vislumbrar mi vista alcanza,
Dios me manda el consuelo,
Y renace mi férvida esperanza,
Y me inclino doblando la rodilla,
Y adoro desde aquí la hermosa tierra
De las altas palmeras y manglares,
De las aves hermosas, de las flores,
De los bravos torrentes bramadores,
Y de los anchos ríos como mares,
Y de la brisa tibia y perfumada
Do tu cabaña está mujer amada.
Ya te veré muy pronto madre mía;
Ya te veré muy pronto, ¡Dios lo quiera!
Y oraremos humildes ese día
Junto a la cruz de la montaña umbría,
Como en los años de mi edad primera.
Olvidaré el furor de mis pasiones.
Me volverán rientes una a una
De la niñez las dulces ilusiones,
El pobre techo que abrigó mi cuna.
Reclinaré en tu hombro mi cabeza
Escucharás mis quejas de quebranto,
Velarás en mis horas de tristeza
Y enjugarás las gotas de mi llanto.
Huirán mi duda, mi doliente anhelo.
Recuerdos de mi vida desdichada;
Que allí estarás, ¡oh ángel de consuelo!
Pobre madre infeliz... ¡madre adorada!.
Autor: Ignacio Manuel Altamirano
Poemas Día de las madres
IMAGEN DE AMOR
(Arjona Delia)
Es imagen de ternura,
del amor y la dulzura,
del hogar es el puntal.
Cuando sopla fuerte el viento
está siempre dando aliento,
¡su presencia es esencial!
Es caudal de sentimiento,
del saber y del talento,
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Poemas Cortos Día De La Madre
EL MILAGRO DE SER MAMÁ
(Arjona Delia)
Nueve meses esperando
para ser una mamá,
nueve meses deseando
para poderlo abrazar.
Y entre miles de nombres
buscar cómo se llamará
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EL MILAGRO DE SER MAMÁ
(Arjona Delia)
para ser una mamá,
nueve meses deseando
para poderlo abrazar.
Y entre miles de nombres
buscar cómo se llamará
POEMAS DÍA DE LA MADRE
MADRE TÚ ERES LA MEJOR
(Arjona Delia)
Madre tú eres la dulzura,
tus manos son la ternura,
que nos brinda protección.
Es la sonrisa tu esencia,
que marca la diferencia
al entregarnos amor.
Nos entibia tu mirada
y la paciencia es tu aliada,
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POEMAS DEDICADOS A LAS MADRES
EL AMOR MÁS GRANDE
(Arjona Delia)
¡Madre tu amor es tan grande!
y tu abrazo se expande
cobijando nuestro ser.
Acaricias las entrañas,
con consejos acompañas,
en nuestro largo crecer.
Tú eres bálsamo de vida
al que siempre estaré unida,
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DÍA DE LA MADRE
SER MADRE
(Arjona Delia)
Ser madre es una aventura
que cargada de dulzura
te incentivará a soñar.
Es un viaje a lo increíble,
de un amor indescriptible,
¡del milagro de engendrar!
Ser madre es dar día a día
de tu tiempo, tu energía,
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Día de la madre
Madre ejemplar
(Arjona Delia)
Eres senda de la vida,
de ternura vas vestida,
¡eres amor maternal!
La paciencia y fortaleza,
el empuje y la firmeza,
¡eres creación celestial!
El milagro de la vida
al que siempre estás unida,
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