29 octubre 2015

Poema a un hijo

poemas al día del niño


















Aquel hijo que no tuve 


Hubiera podido ser
hermoso como un jacinto
con tus ojos y tu boca
y tu piel color de trigo,
pero con un corazón
grande y loco como el mío.
Hubiera podido ir,
las tardes de los domingos,
de mi mano y de la tuya,
con su traje de marino,
luciendo un ancla en el brazo
y en la gorra un nombre antiguo.
Hubiera salido a ti
en lo dulce y en lo vivo,
en lo abierto de la risa
y en lo claro del instinto,
y a mí... tal vez que saliera
en lo triste y en lo lírico,
y en esta torpe manera
de verlo todo distinto.
¡Ay, qué cuarto con juguetes,
amor, hubiera tenido!
Tres caballos, dos espadas,
un carro verde de pino,
un tren con cuatro estaciones,
un barco, un pájaro, un nido,
y cien soldados de plomo,
de plata y oro vestidos.
¡Ay, qué cuarto con juguetes,
amor, hubiera tenido!
¿Te acuerdas de aquella tarde,
bajo el verde de los pinos,
que me dijiste: -- ¡Qué gloria
cuando tengamos un hijo! ?
Y temblaba tu cintura
como un palomo cautivo,
y nueve lunas de sombra
brillaban en tu delirio.
Yo te escuchaba, distante,
entre mis versos perdido,
pero sentí por la espalda
correr un escalofrío...
Y repetí como un eco:
"¡Cuando tengamos un hijo!..."
Tú, entre sueños, ya cantabas
nanas de sierra y tomillo,
e ibas lavando pañales
por las orillas de un río.
Yo, arquitecto de ilusiones
levantaba un equilibrio
una torre de esperanzas
con un balcón de suspiros.
¡Ay, qué gloria, amor, qué gloria
cuando tengamos un hijo!
En tu cómoda de cedro
nuestro ajuar se quedó frío,
entre azucena y manzana,
entre romero y membrillo.
¡Qué pálidos los encajes,
qué sin gracia los vestidos,
qué sin olor los pañuelos
y qué sin sangre el cariño!
Tu velo blanco de novia,
por tu olvido y por mi olvido,
fue un camino de Santiago,
doloroso y amarillo.
Tú te has casado con otro,
yo con otra hice lo mismo;
juramentos y palabras
están secos y marchitos
en un antiguo almanaque
sin sábados ni domingos.
Ahora bajas al paseo,
rodeada de tus hijos,
dando el brazo a... la levita
que se pone tu marido.
Te llaman doña Manuela,
llevas guantes y abanico,
y tres papadas te cortan
en la garganta el suspiro.
Nos saludamos de lejos,
como dos desconocidos;
tu marido sube y baja
la chistera; yo me inclino,
y tú sonríes sin gana,
de un modo triste y ridículo.
Pero yo no me doy cuenta
de que hemos envejecido,
porque te sigo queriendo
igual o más que al principio.
Y te veo como entonces,
con tu cintura de lirio,
un jazmín entre los dientes,
de color como el del trigo
y aquella voz que decía:
"¡Cuando tengamos un hijo!..."
Y en esas tardes de lluvia,
cuando mueves los bolillos,
y yo paso por tu calle
con mi pena y con mi libro
dices, temblando, entre dientes,
arropada en los visillos:
"¡Ay, si yo con ese hombre
hubiera tenido un hijo!..."



Poema de Rafael de León
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Poemas para el día del niño

poemas dia del niño


LA ALEGRÍA DE LOS NIÑOS
(Arjona Delia)

¡Qué lindo ver a los niños
corretear todo el día,
entre risas y juguetes
con sus caras de alegría!
¡Qué lindo es verlos crecer
con salud y con sonrisas!
Ellos son nuestro futuro,
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LOS NIÑOS TE DAN VIDA
(Arjona Delia)

Que lindos verlos jugar
a la ronda, la rayuela
la escondida, la pelota
o saltando con la cuerda.
Con sus lápices de colores,
en paredes trazan sueños, 
le dibujan a su espíritu
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POEMAS ALUSIVOS AL DÍA DEL NIÑO











FELICIDAD EN LOS NIÑOS
(Arjona Delia)

Sus sonidos entusiasman, 
corretean en esquinas,
sonriendo y jugando,
¡con sus caras tan bonitas!
Son expertos de historias
heroínas y princesas, 
son soldados y son reyes,

Poema a los niños

poemas cortos dia del niño










INOCENCIA DE NIÑO
(Arjona Delia)


Cautivantes sus sonrisas,
su ilusión son calesitas,
su deseo son juguetes,
¡su espíritu siempre brilla!
Pequeños que entregan todo
con una simple sonrisa,
en ese abrazo sincero,
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Poema día del niño

poema a los niños



INOCENCIA Y TERNURA
(Arjona Delia)

 La inocencia de su alma,
la ternura de sus manos,
alegrando van la vida,
cuando corren a tu lado.
Amor brilla en sus rostros
y sus ojos te iluminan,