Cambio la soledad
Cambio la soledad
por un crepúsculo
y una espina
por una rosa roja.
El alma por dos almas
y el cansancio
por la suave fatiga
de los besos.
Hasta el agua la trueco
por una gota concentrada
en el vidrio de espera
de mi casa.
El bosque
por la sombra de un árbol,
la grandeza
por lo pequeño cálido
que puedo guardar
en el puño de mi mano.
Los manjares
por un poco de pan
humedecido en vino,
la vigilia ambiciosa
por la suave clausura
de mis ojos.
Cambio la casa grande
por el íntimo cuarto
de mis sueños
y el mundo
por el pequeño universo
de mi patria.
Cambio mi angustia soterrada
por un grito,
mi vestido
por un asta de viento
con banderas.
Cambio los mercaderes
por un Cristo
y trueco por campanas
el asmático pito
de las fábricas.
Autor: Zuluaga Beatríz
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