Tu cintura
Delgado contorno de la vida.
El fluir de la sangre en él acaba.
Columna de luz y ansia de lava,
Volcán para mi mano estremecida.
Límite de la tarde preferida,
bajo un torso de niebla enajenada.
No hay tránsito a la noche enamorada,
pájaro sometido y sin salida.
Ese cerrado cielo en que se unen
el poderoso mare y el labio suave
de la tierra: horizonte atormentado.
Cómo acecha la muerte ese volumen
hermoso, tan levísimo e ingrave.
La flecha de Dios en tu costado.
Autor: Gaos Vicente
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