
El Árbol
Se está vaciando el árbol por la herida más grande,
por esa herida vieja que ya no cicatriza.
Los caracoles suben como vendajes largos
por la dura corteza, a salvarle la vida.
Se está quedando solo en la llanura verde,
allá en el desamparo de oscuros mediodías.
Un tesoro de ritmos le llega desde lejos
y un aroma impreciso le cae desde arriba.
En medio del silencio que satura a la tarde,
burla sufre y desprecio de extrañas comitivas;
al querer explicar sus agudos misterios
las palabras del árbol se manifiestan frías.
De caridades vive, pero tal vez lo ignora,
poco a poco la sombra deja de ser su amiga;
su languidez proyecta sobre la fresca hierba
una ilusión que a todos causa piedad y risa.
Sopla para los otros abanico del aire,
este árbol perdió su piel de melodías;
la falda de la noche ocultará su viaje,
estas últimas horas que vive... son las mías.
Autor: Garza Humberto
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